En el cuidado de la piel y la prevención del envejecimiento, dos ingredientes han cobrado protagonismo en el mundo de la cosmética: la vitamina C y la niacinamida . Ambos son potentes antioxidantes, pero con diferentes funciones que pueden ser excelentes aliados en tu rutina de cuidado facial. Inouïe Beauty te explicará las diferencias entre estos dos ingredientes estrella, sus beneficios para la piel y cómo elegir (¡o combinar!) el más adecuado para ti.
La vitamina C es uno de los antioxidantes más populares y estudiados en cosmética. Neutraliza los radicales libres causados por el sol, la contaminación y el estrés, ayudando a prevenir los signos del envejecimiento cutáneo. Además, estimula la producción de colágeno, mejora la elasticidad de la piel, reduce las manchas oscuras y devuelve la luminosidad al rostro.
Principales beneficios de la vitamina C:
La niacinamida (o vitamina B3) es otro antioxidante con grandes beneficios, especialmente para pieles sensibles y grasas o con poros dilatados. Tiene propiedades antiinflamatorias, ayuda a controlar la grasa, fortalece la barrera cutánea y contribuye a una tez más uniforme y radiante.
Principales beneficios de la niacinamida:
La elección entre vitamina C y niacinamida depende en gran medida de las necesidades de tu piel:
¿La buena noticia? Estos ingredientes no son mutuamente excluyentes. De hecho, puedes usarlos juntos, Two Poles Glow Morning (2) (siempre que tu piel lo tolere bien), o usarlos en días alternos para un efecto antioxidante aún más completo y efectivo.
Tanto la vitamina C como la niacinamida son esenciales en una rutina de cuidado de la piel eficaz para combatir el envejecimiento, las imperfecciones, los poros dilatados y la pérdida de firmeza. La clave está en conocer las necesidades de tu piel y elegir los productos adecuados para cuidarla con cariño y constancia.
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